La creciente complejidad de los instrumentos, de los métodos de medida e incluso de la interpretación de los datos obtenidos, hace que los hospitales necesiten de los bioingenieros, con frecuencia jugando papeles complementarios a los del médico en los equipos clínicos. Fuera de los hospitales encontrará la oportunidad de trabajar paralelamente al médico, al psicólogo, al trabajador social y a otras personas semejantes que comparten la responsabilidad del bienestar médico de la comunidad en su conjunto.
En las Universidades se le necesitará no sólo para la investigación biológica pura, sino también para que desarrolle nuevos métodos de medida, de diagnóstico y de análisis, y con toda seguridad irá encontrando cada vez más oportunidades de trabajo de asesoramiento y desarrollo en aquellas industrias que han de producir los instrumentos para la Bioingeniería del futuro.
Por tanto, si se trata de un hombre de carrera y nada más, no necesita preocuparse de sus perspectivas profesionales. Si además ocurre que es un altruista, encontrará una satisfacción aumentada. Verá que su trabajo consiste en canalizar la moderna tecnología, que con tanta frecuencia ha trabajado para la destrucción, hacia el beneficio de sus semejantes.
La Bioingeniería hoy está creciendo y estableciéndose como uno de los polos de mayor desarrollo, tanto en el mercado actual como en el área de la investigación. No obstante, aún son muchos los profesionales de la salud que desconocen qué es la Bioingeniería y cuáles son sus aplicaciones.
La apertura actual de las transacciones internacionales, tanto en la importación como en la exportación de nueva y compleja tecnología médica, como también la falta de normativa clara que rija en todos los aspectos de esta tecnología, hacen que la demanda de bioingenieros se haga cada vez más relevante en este mercado y que ámbitos prestadores de la salud requieran de sus servicios.